Se lanzó al mundo como quien se lanza a una piscina. Desde el primer día decidió atravesarlo sin miedo y sin tapujos. Con su arrolladora personalidad y de frente, sin mentiras, mirándolo a los ojos, continúa unas veces con látigo y otras con bromas y sonrisas hacer que todo gire a su paso.
Esa niña alegre, que se reía desde que abrió por primera vez sus ojos al mundo, que bailaba antes de sujetarse de pie, y cantaba antes de saber pronunciar más de tres palabras, se fue convirtiendo en una mujer fuerte, en quien poder apoyarse, que tan pronto te hacer reír hasta llorar contando sus aventuras, como te escucha y da consejos como pocas amigas saben hacer. Me consta que son muchos los afortunados que así la consideran y saben el valor que ella le da a la palabra amistad.
No sé si al final se dedicará al mundo de la farándula, será abogada o empresaria… sea lo que sea no me cabe la menor duda de que será feliz, consiguiendo de paso que todos los que le rodeamos vivamos intensamente cada momento.
Felicidades Marta. Sigue lanzándote a la piscina; consigues que los demás queramos hacerlo a tu lado.
Texto y Fotografías : Marta Areces