Cuando decidió irse hacía mucho tiempo que había dejado de ser ella. Tengo que hacer un esfuerzo enorme, intentar buscar debajo de la rabia, la pena, la tristeza, la falta de entendimiento, la resignación y la culpabilidad (maldito sentimiento que no logro aparcar) para encontrar a la que un día fue mi hermana.
Hacía años que se iba transformando poco a poco, dejando atrás la alegría, la ensoñación, la coquetería (bueno… esta en cierta forma la intentó mantener hasta el final dentro de lo que podía). Romántica empedernida, amante de las bellas artes, sabía disfrutar tanto de un paseo por su adorado Retiro, de la luz que le cautivaba de Madrid y de cualquier sala de cualquier museo. La música llenaba su casa a todas las horas; tocar su amado piano o recrearse con una buena película eran sinónimos de felicidad. Siempre era un buen momento para enzarzarse en un diálogo sobre política, economía, arte y todo lo relativo a viajar… viajar que tanto le gustaba, buscar el mar, la historia, la cultura de otros lugares…. La dulce Ana, que enamoraba a hombres y mujeres, inteligente, culta y bella se fue muriendo poco a poco dentro de un cuerpo que cada vez era más difícil de identificar.
Duele la forma en que nos dejó definitivamente, pero más doloroso había sido los años anteriores, cuando unos pocos intentábamos luchar contra esa persona que la había usurpado. Quiero pensar que encontró la solución a sus problemas, que por lo menos ha dejado de sufrir, y que cuando esta pena tan grande pase, podré poco a poco acordarme de la que fue, volver a recordar que tenía una hermana que me adoraba, que jugábamos en la huerta , ella hacía la comidita para las muñecas mientras yo me subía a los árboles a buscar aventuras. Que con el paso de los años decidimos que yo sería la hermana mayor… todas esas cosas que ahora están ahí escondidas y por momentos me salen a borbotones, y las aparto porque no quiero pensar…
Fotografía y Texto: Marta Areces
No se puede describir mejor a Ana, su vida y su elección !!!
Sólo lo podías hacer tú……. la que siempre estuvo ahí con ella, fuerte como necesitaba y dulce como ella esperaba
Mil besos prima